A finales del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX en Galicia y en el Cantábrico se comenzaron a fabricar calderas y motores para montar en embarcaciones de casco de madera. Algunas de estas embarcaciones de 12 y hasta los 20 metros, en las que se montaban estos motores con su caldera de vapor y que podían desarrollar una potencia de 20 caballos, se utilizaron para la pesca de sardina con arte de cerco y también para la pesca de arrastre. Los arrastreros a vapor estuvieron operativos hasta la Guerra Civil española de 1936 al ser sustituidos por arrastreros equipados con motores diésel de combustión interna.
Según el Diccionario de Artes de Pesca de Benigno Rodríguez Santamaria publicado en 1923, la flota de arrastre a vapor operó en toda España. Estos pesqueros faenaron sobre todo en los puertos del norte de España, pero también en el Mediterráneo y en la zona del Protectorado español en Marruecos. A los puertos como Málaga y Barcelona, por ejemplo, llegaron arrastreros a vapor de Sociedades del Cantábrico y de Galicia para desde allí pescar en las costas africanas. También llegaron a las Islas Baleares pero en este caso para pescar en las Islas. Se trataba de una flota de más de 300 embarcaciones que operaban desde puertos del Cantábrico, de Galicia, de Andalucía, de Melilla, de Valencia, de Cataluña y aunque por poco tiempo, también desde Palma de Mallorca. En total 304 embarcaciones que en los primeros años 1920 pescaban en pareja. En total eran 152 parejas de arrastre que daban empleo a unos 4.000 hombres y desembarcaban unas capturas de unas 90.000 toneladas al año.
En las Islas Baleares, poco antes de 1920 se llevó a cabo un intento de introducción de la pesca de arrastre en pareja con barcos de vapor. En 1919 Emilio Rodríguez contactó con un Astillero de Pasajes y otro de Zumaya para la construcción de una pareja de vapores de pesca que debería operar desde Palma. La empresa interesada elaboro un presupuesto de gastos e ingresos de explotación que con un capital de 80.000 pesetas se pensaba que podría arrojar unos beneficios de 12.000 pesetas al año.
Se desconoce el resultado de esta iniciativa, pero sabemos que La Sociedad Pesquera Mallorquina, que dirigía el Capitán de la Marina Mercante Nicolás Company, adquirió en esas mismas fechas una pareja de bous a Vapor para faenar al arrastre en Mallorca. Eran los vapores Audace y Frau, una pareja que al parecer pescó desde el 1 de enero hasta el 13 de mayo de 1920. Esta pareja estaba valorada en 110.000 pesetas además de las 4.000 de sus 9 aparejos de pesca y otras 4.000 pesetas de cables de acero y fibra vegetal, en total una inversión de 118.000 pesetas. Los costes anuales de explotación fueron 14.334 pesetas de carbón, unas 15.000 de salarios (6 fogoneros, 4 patrones y 10 marineros) junto con unos gastos menores de 4.200 pesetas, en total 33.534 pesetas. El resultado de la venta de la captura, unos 75.000 kilos de pescado fue de 64.000 pesetas. Se capturó un 35% de caramel, un 20% de bastina (cassó, ratjada, sipia, pop, gató y ferrassa) y pescado pequeño, un 20% de morralla y un 25% de pescado (pagell, calamar, llenguado, aranya, serrà imperial, moll, escórpora, rata, rubio, besug y serrà) . El resultado de la campaña de 1920 arrojó un beneficio de 22.000 pesetas que al parecer no se consideraron suficientes ya que, según el Diccionario de Rodríguez Santamaria, en 1922 esta pareja había cesado en su actividad.