Diciembre ya es tiempo de jonquillo, una exquisitez tradicional en los mercados mallorquines. Me apetecía comer unas raoles y fui al Mercat de l’Olivar. Tuve que pagarlo a 60 euros el kilo. No me agradó ese precio, el año pasado el precio medio fue de 16 euros el kilo, pero me alegra ver que la pesca local va valorizando el producto a fin de ajustar los precios a los costes de producción. A mi modo de ver en ello reside la esperanza de la pesca local. Aunque no estoy seguro que los precios de este año indiquen ni una mejor estrategia comercial ni de explotación. Posteriormente, en enero en el mercado de Santa Catalina, lo he visto a 40 euros el kilo y según me han comentado la razón de los elevados precios está en la escasez de oferta ya que estos días solo dos embarcaciones se dedican a esta modalidad de pesca en Palma.
La temporada de pesca se extiende de diciembre a abril y sabemos que en los años 70 del siglo pasado se capturaban entre 5 y 30 toneladas al año. En los 80 había una flota de 40 llaüts que pescaban entre 5 y 15 días al mes y se llegaron a capturar 80 toneladas en un año. Esta captura se tradujo en primera venta en el equivalente a 150.000 euros.10 años después en la temporada 1993-1994 solo se desembarcaron 27 toneladas pero supusieron en primera venta el equivalente a unos 180.000 euros, menor oferta mayores beneficios. Al año siguiente la captura no llego a 1 tonelada. Creo que fue entonces cuando se empezó a hablar de la posible desaparición de esta pesquería debido a la sobrepesca. Pero en realidad, sin quitar importancia a la sobrepesca, lo que ocurre es que esta es una especie muy sensible a las condiciones medioambientales y ello provoca fuertes fluctuaciones en el tamaño de la población. En las últimas 4 temporadas, con una pesquería cada vez más controlada, la captura ha oscilado entre las 23 toneladas de 2012-2013 con un valor de 357.042 euros en primera venta en lonja y las 17 de 2011-2012 con un valor similar. Digamos asimismo que al llegar al mercado el precio se incrementa en torno a un 15%.
El jonquillo (Aphia minuta) es un pez muy pequeño, son escasos los ejemplares mayores de 40 mm. Aparece desde las costas de Noruega hasta las europeas del Mediterráneo y pese a su extensa distribución geográfica solo es objeto de explotación pesquera en el mar Mediterráneo. Vive agrupándose en bancos de muchos individuos en aguas frías (13-16 ºC) y en ambientes pelágicos no muy alejados de la costa, en profundidades de 5 a 80 metros.
Al parecer, existen dos generaciones cada año, la primera progenitora de la segunda. Así, cada año individuos de 34-38 mm y 5-6 meses de edad producirían una primera reproducción de primavera cuyos reclutas, en marzo-abril, se desplazarían a más profundidad, 70-80 metros, en busca de aguas más frías, de unos 13ºC. Esta población produciría la segunda puesta en septiembre-octubre y los reclutas serian los que son objeto de explotación pesquera a partir de diciembre al regresar al interior de las bahías. En torno a los 8 meses de vida poco después de la puesta mueren. La causa de que el stock generado en la reproducción de primavera no sea objeto de explotación pesquera podría estar, además de su alejamiento de la costa y mayor profundidad. en la prevalencia, en esa época, de la pesquería de langosta.
El jonquillo es el llamado chanquete en castellano, pero esto, a día de hoy, no es absolutamente correcto. Aphia minuta, ciertamente conocido como chanquete en Andalucía, fue sometido a finales del siglo pasado a una explotación intensa y vio muy reducida su población y sus capturas. Por ello fue substituido en el mercado por pequeños ejemplares de otras especies como sardina, boquerón o incluso salmonete. A este nuevo producto se le siguió llamando chanquete, un producto que nada tiene que ver con el jonquillo. Aphia minuta es conocido y apreciado en diferentes zonas del Mediterráneo como Italia, Mónaco y Francia donde es conocido como rossetto. En Cataluña, en cambio, si bien se captura, destacan más otras pesquerías similares dirigidas a Crystallogobius linearis, llamado llengueta o Gymnammodites cicerellus, el sonso.
El jonquillo y otros que le acompañan en las capturas como el cabotí (Pseudaphya ferreri) y Crystallogobius linearis son perciformes de la familia de los góbidos o gobidae, peces propios, en general, de aguas marinas poco profundas y salobres de regiones tropicales y subtropicales. También existen góbidos de agua dulce o incluso cavernícolas pero son casos excepcionales en esta familia que Incluye más de 200 géneros y más de 1800 especies. Los más conocidos en nuestros mares son los del genero Gobius, los llamados comúnmente cabots. En el Mediterráneo aparecen 31 géneros y 67 especies de esta familia, 16 son endémicas del Mar Negro y dos introducidas por el canal de Suez . El nombre común que se ha impuesto en Mallorca para Aphia minuta es jonquillo, pero también se utilizan otros nombres como xanguet o rosetí y jonqueti en Menorca. Jonquillo, que empezó a utilizarse en el siglo XIX, derivaría del nombre italiano gianchetti importado en el siglo XVIII de Génova o Livorno. Cabe citar aquí a otro góbido, Odondebuenia balearica, descrito en 1907 a partir de ejemplares recogidos en Menorca por el ictiólogo Jaume Ferrer Aledo y llamado asi en honor a Odón de Buen, posiblemente es el pez mas pequeño de Europa con una talla maxima de 32 mm. Esta especie y Pseudaphya ferreri, descrito en 1908 y denominado, por Odón de Buen, ferreri en honor al ictiólogo menorquín, son especies exclusivas del Mediterráneo.
Actualmente el censo de embarcaciones autorizadas para la pesca del jonquillo y de especies afines ha llegado a ser de unos 50 llaüts pertenecientes a las cofradías de Alcudia, Pollensa, Palma, Andratx, Colonia de Sant Jordi, Sóller y Cala Ratjada. La pesca se realiza de diciembre a abril sobre ejemplares de 2 y 3 meses de edad. Se pescan sobre fondos de arena, roca plana y Posidonia en las bahías de Palma, Santa Ponça, Alcudia y Pollensa y también en Soller y Cala Ratjada. Hoy en dia la pesca va claramente dirigida al jonquillo, pero se capturan también cabotí y ocasionalmente Crystallogobios linearis. Tambien pueden aparecer en las capturas como especies acompañantes estados larvarios de otras especies como Loligo vulgaris, calamar, Sepia oficionalis, sepia, o de espáridos, labridos, otros góbidos y otras especies pero siempre representando menos del 10% de la captura.
La pesca del jonquillo está específicamente regulada desde 1986, basándose en las características del arte y de las embarcaciones autorizadas, en la época de pesca y en la limitación de las capturas. En 2013 ante las reticencias de la Comisión Europea a autorizar esta modalidad pesquera se elaboró un nuevo decreto más restrictivo que establece la aplicación de un nuevo plan de gestión para la pesca con artes de arrastre tradicionales en Baleares. Al amparo de este decreto también pescan el gerret con arte de tirada unas 8 embarcaciones en San Antonio de Ibiza y Formentera. Pero esta es una pesquería diferente a la del jonquillo.
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