#48. Artes y aparejos de pesca utilizados en las Islas Baleares

Los seres humanos han pescado para alimentarse desde tiempos remotos. Hay constancia de pesca y consumo de pescado desde los albores de la civilización mediterránea hace unos 10.000 años. Los restos hallados evidencian que, aunque muy rudimentarios, diversos artes y aparejos de pesca fueron utilizados en las Islas Baleares desde la llegada de los primeros humanos a las islas.

Durante mucho tiempo los sistemas utilizados para la pesca fueron anzuelos y arpones de piedra o hueso y trampas muy primitivas. Fue con la llegada de navegantes del Mediterráneo oriental y sobre todo de los romanos cuando se introdujeron artes y aparejos de pesca más desarrollados como los que vemos representados en numerosos mosaicos romanos. Unos artes y aparejos que en esencia no diferían mucho de los utilizados en la actualidad.

En cualquier caso, en las Islas Baleares, durante siglos, la pesca fue de una actividad de subsistencia desarrollada en áreas muy limitadas y protegidas de las bahías de Palma y Alcudia o del puerto de Maó o de una actividad accesoria y puntual realizada por los que vivían cerca de la costa fuera de las bahías.

En 1576, cuando la población de Palma era de 20.000 personas y la de Mallorca de 70.000, en Palma había 31 patrones de pesca y ya se habían adoptado ordenanzas gremiales que regulaban la actividad de los diferentes artes de pesca. Pero la actividad seguía desarrollándose en áreas protegidas y próximas a los puertos. Sobre todo a causa de la piratería que constantemente amenazaba a los pueblos del litoral y a las embarcaciones que se alejaban en exceso de los puertos. No obstante, pese a tratarse de una actividad limitada por las circunstancias de esa época de penurias y aislamiento, la pesca ya suponía una actividad generadora de puestos de trabajo y una fuente importante de aporte de alimento a la población (http://pereoliver.com/la-pesca-a-mallorca-els-arts-de-pesca/ ). En los mercados se ofrecían pagells, serrans, aranyes, pedassos, bonítols, espets, verderols, molls, mabres, bogues, esparralls, vaques, tords, mussoles, gats, cassons, ratjades y otros elasmobranquios, tonyines, sírvies y anguiles además de sardines, gerrets, sorells y alatxes.

Los artes de pesca utilizados por aquellos pescadores eran de anzuelo, como el palangre, redes de enmalle y trampas como son las nasas y también artes arrastrados desde la costa tipo jabega/xavega, bolitx o artets modalidades de pesca actualmente desaparecidas en sus diversas variantes por el impacto que causan sobre los hábitats litorales y que en aquella época constituían la principal modalidad de pesca profesional.

El gran cambio se inicia a finales del siglo XVIII impulsado por la Sociedad Económica de Amigos del País con la introducción del arrastre (http://pereoliver.com/que-es-pesca-de-arrastre/ ). Una modalidad de pesca que pese a ofrecer puestos de trabajo y mejores rendimientos a los pescadores y a enriquecer la oferta en los mercados, constituía una fuente de conflictos por su difícil coexistencia con los artes de pesca tradicionales y por el fuerte impacto que suponía para las poblaciones de peces y sus hábitats.

Su introducción fue lenta debido a los mencionados conflictos y también a la piratería. Con la ocupación francesa del norte de África y el final de la piratería a finales del siglo XIX y principios del XX se inicia el desarrollo de una flota pesquera en las Islas Baleares y la verdadera explotación de sus caladeros de pesca. A partir de entonces se van constituyendo flotas de pesca en todos los puertos del litoral a partir de los núcleos de pescadores existentes en las bahías de Palma y Alcudia y en el puerto de Maó. Pero sobre todo desde la costa de Valldemossa donde seguramente el difícil acceso de los piratas a la escarpada costa norte de Mallorca había permitido el desarrollo de un colectivo de pescadores que a finales del siglo XIX y a principios de siglo XX colonizó los puertos de todo el litoral.

La propulsión mecánica y otros avances tecnológicos que fueron llegando a partir de 1920 culminaron este proceso de consolidación de un sector pesquero moderno en las Islas Baleares (http://pereoliver.com/42-las-generaciones-de-barques-del-bou-de-mallorca/).

A partir de este momento se van configurando las tres modalidades que actualmente constituyen la flota pesquera balear: el arrastre dirigido a la captura de peces de fondo tanto en la plataforma continental como en el talud. El cerco o taranyina dirigido a la captura de especies pelágicas de pequeño tamaño y los artes y aparejos llamados artesanales, toda la pesca tradicional, los también conocidos como “artes menores”.

Estos “artes menores” engloban a las redes de enmalle fijas como los trasmallos de tres paños de red superpuestos para la captura de peces, las específicas para la captura de una especie determinada como la sepia (http://pereoliver.com/en-febrero-empieza-la-temporada-de-pesca-de-la-sepia-sepia-officinalis/ o el enmalle langostero de un solo paño. También incluyen otras redes de deriva como son soltes, bonitoleres o melveres y la almadravilla, los diversos tipos de artes de anzuelo como los palangres y las trampas como la nasa además de otros artes o aparejos específicos como la llampuguera o la potera para la pesca del calamar. Todos los artes menores son operados generalmente desde embarcaciones tipo llaüt. Los artes tipo xavega también se consideran “artes menores” y todavía se utilizan en Ibiza para la pesca del gerret y en las bahías de Palma y Alcudia la llamada jonquillera específica para la captura del jonquillo (http://pereoliver.com/es-tiempo-de-jonquillo/ ). Estos últimos en realidad son artes arrastrados a poca profundidad sobre hábitats sensibles y su utilización supone una excepción en la legislación pesquera actual.

A estas flotas hay que añadir las flotas que no operan desde los puertos de las Islas Baleares pero que explotan los caladeros del Mar Balear. Se trata básicamente de los arrastreros de puertos peninsulares, generalmente alicantinos que explotan los caladeros de Ibiza, de los palangreros de superficie conocidos como marrajeros que generalmente llegan de puertos murcianos o del Mar de Alboran y algunos cerqueros que también se desplazan desde puertos peninsulares como Vinaroz para la captura de pequeños pelágicos. Mención especial merecen los cerqueros de mayor porte especializados en la pesca del atún rojo, españoles, franceses y de otras nacionalidades. También es posible ver otros pesqueros a la búsqueda de grandes pelágicos con bandera de países diversos o de conveniencia que también operan en el Mar Balear.

Cada uno de estos artes y aparejos de pesca  se adaptan a las características del hábitat sobre el que actúan http://pereoliver.com/35-el-fondo-marino-del-mar-balear/ y a los hábitos y estacionalidad de los ciclos vitales de sus especies objetivo http://pereoliver.com/47-asociaciones-de-especies-comerciales-que-viven-sobre-el-fondo-marino/.

En 1980 la flota pesquera balear alcanzó su máximo de unas 1.000 embarcaciones, unos 900 llaüts que utilizaban artes tradicionales y 100 barques del bou o arrastreros además de algunos cerqueros que operaban desde el puerto de Palma. Pero desde entonces la flota ha ido disminuyendo en número de unidades y en 1990 ya eran solo unas 800 embarcaciones, 720 de ellos llaüts, en 2002 eran 502, de ellas 440 eran llaüts y desde entonces la tendencia negativa se ha mantenido. En la actualidad la flota la forman unas 350 embarcaciones, unos 290 llaüts de pesca artesanal y 49 barques del bou, además de 7 teranyines con base en el puerto de Palma y 2 palangreros. A estos hay que añadir los pesqueros que operan desde puertos no baleares, unos 2 o 3 nanseros que pescan gamba, 1 ó 2 cerqueros que pescan pequeños pelágicos y unos 10 ó 12 palangresos que pescan grandes pelágicos todos ellos procedentes de puertos peninsulares, además de los cerqueros y palangreros que se desplazan al Mar Balear para la pesca de grandes pelágicos, sobre todo del atún rojo. Así mismo, en las Islas Baleares hay una flota de 11.000 embarcaciones con licencia de pesca recreativa además de una importante actividad de pesca deportiva efectuada desde la costa, desde embarcación y con fusil submarino que poco a poco han ido ganando importancia a tal punto que en la actualidad la captura de estas modalidades no profesionales ya supone cerca del 25% de la captura total desembarcada en los puertos de las islas.

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