A lo largo de los más de dos siglos de historia de las barques del bou de Mallorca se identifican cuatro generaciones de embarcaciones. La primera generación la constituyen llaüts a vela que pescaron en pareja desde el inicio de la pesquería, a finales del siglo XVIII, hasta bien entrado el siglo XX. De esta generación en la actualidad solo quedan unas pocas embarcaciones restauradas y que lógicamente ya no se dedican a la pesca. A partir de la motorización, en la década de 1920, se suceden otras tres generaciones de barcas, de características diferenciadas, pero que no obstante se solapan en la transición de una a otra durante largos periodos tiempo (http://pereoliver.com/36-la-pesca-de-arrastre-en-mallorca-i-la-primera-generacion-de-barques-de-bou-a-vela-hasta-la-motorizacion-1800-1920/).
Durante todo el siglo XIX y principios del XX la flota de barques del bou de Mallorca dedicadas a la pesca de arrastre (http://pereoliver.com/que-es-pesca-de-arrastre/) se encuentran exclusivamente en el puerto de Palma y pescando en su bahía. El archiduque Luis Salvador de Austria en su obra Die Balearen publicada entre 1869 y 1891 comenta que en 1872 la flota de pesca de arrastre mallorquina estaba formada por 14 embarcaciones de bou que pescaban agrupadas en 7 parejas, todas ellas en el puerto de Palma.
Estas barcas del bou constituyen la primera generación de embarcaciones dedicadas a la pesca de arrastre en Mallorca. Eran llaüts clásicos con proa y popa rectas, de una eslora máxima de 12 metros y que pescaban en pareja propulsadas a vela y con la única fuerza de los brazos de su tripulación para las operaciones de navegación y de pesca.
La publicación «La Pesca en España en 1920 – Baleares» ya sitúa la flota en esa época en 24 parejas de bou, 13 de ellas en el puerto de Palma de las que solo 3 estaban motorizadas y que faenaban en la bahía y sus inmediaciones. Pero ya da cuenta también de parejas de bou a vela en Cala Figuera, Portocolom y Porto Cristo en la costa del levante de la isla y en Soller, además de algunas parejas más en Alcudia y Pollensa, que faenaban en el canal de Menorca, de las que da poca información. Las de los puertos del levante iniciaron su actividad poco antes de 1920 pero es probable que las de Alcudia la iniciaran a finales del siglo XIX. También se establecieron parejas de barques del bou en Andratx y Cala Ratjada. El articulo Els inicis de la pesca de bou a Alcudia (https://docs.google.com/file/d/0BzrD9mVFQDO2WWgxOTFaemt5cVU/edit) permite estimar que la flota de arrastre en ese puerto estaba formada como mínimo por 6 parejas. Según el «Diccionario de artes de pesca» de Benigno Rodríguez Santamaría publicado en 1923 en Mallorca había 33 parejas de bou, lo que viene a corroborar las anteriores informaciones.
Estas barques del bou dedicadas a la pesca de arrastre en Mallorca en los primeros años 1920 seguían siendo llaüts clásicos de madera de unos 12-14 metros de eslora y 14-18 toneladas de registro bruto con proa y popa recta o tallada y se seguía pescando sobre fondos no muy alejados de la costa. En los años 1920 la flota fue motorizándose, se construyeron embarcaciones mayores de hasta 16 metros de eslora y se empezó a pescar a mayor profundidad.
La mayoría de estos llaüts habían sido construidos por mestres d’aixa mallorquines en drassanes sobre todo de Palma y Portocolom pero también en algunos casos en Alcudia, Andratx y Cala Ratjada. Asimismo llegaron embarcaciones de la península, sobre todo de puertos como Torrevieja, Alicante, El Campello, Villajoyosa, Altea y Moraira o de más al norte como Vinaroz, Benicarlo y Barcelona.
Los primeros motores instalados en los años 1920 fueron de 20 caballos de potencia, equivalente al tiro que se conseguía faenando a vela y se siguió pescando en pareja. Pero al poco tiempo se empezaron a utilizar las puertas de arrastre para lograr la apertura horizontal de la red con lo cual se pudo dejar de pescar en pareja. Para ello se tuvieron que instalar motores más potentes, de hasta 50 caballos de potencia equivalente al tiro de la pareja. Ello conllevo la modificación de la popa de los llaüts dedicados a la pesca de arrastre que paso a ser redonda para facilitar el manejo del arte de pesca desde una sola embarcación. Son las barques del bou de segunda generación. Estos importantes cambios tecnológicos permitieron la utilización del motor, mediante una correa de transmisión a un torno situado en cubierta, para realizar las operaciones de calado y virado del arte, lo que hizo posible ir ampliando las áreas de pesca a zonas cada vez más profundas.
A partir de 1940 al terminar la guerra civil española de 1936-1939 se fue retomando la actividad. Se construyen nuevas embarcaciones, algunas de ellas de mayor porte alcanzando los 20 metros de eslora y más de 30 toneladas de registro bruto. El palo de la vela, que quedó en desuso, pasó definitivamente a proa para ser utilizado como aparejo para las operaciones de virado del arte de pesca por el costado.
La llegada en 1947, procedente de Valencia, del Rafael Maroto, un arrastrero de 16 metros de eslora, 44 toneladas de registro bruto que instaló un motor de 180 caballos de potencia marca el inicio, junto con las embarcaciones locales de características similares construidas en los primeros años 1940, de la explotación de los fondos del talud continental. La gamba roja es la principal especie objetivo de esta flota que empezó a faenar sobre el talud continental llegando hasta profundidades de 800 metros donde en aquel momento ya pescaban algunas embarcaciones llegadas de puertos de la península (http://pereoliver.com/la-gamba-de-soller-es-la-misma-que-la-de-palma/).
Estas barcas de mayor porte y más potentes, que todavía mantenían una cierta estructura de llaüt, constituyen la tercera generación de barques del bou. Esta tercera generación de gamberas coexistió durante bastante tiempo con la segunda generación, de menor porte y potencia, que pescaba sobre la plataforma continental hasta profundidades de 200 metros con diversas especies de pescado como objetivo. Estas embarcaciones de segunda generación, que en estos años mejoraron la habitabilidad a bordo incorporaron un puente en forma de caseta situada por delante del motor junto al palo, siguieron pescando hasta los años 1970 e incluso 1980.
En cualquier caso partir de 1960 se van imponiendo las barcas de la tercera generación, las gamberas y se inicia la instalación de equipos electrónicos, primero sondas sencillas para medir la profundidad y radioteléfonos y en los años 1980 el GPS, los equipos integrados y posteriormente el Scanmar que permite conocer cómo trabaja el arte cuando esta pescando, equipamientos propios ya de las barcas de cuarta generación.
A finales de los años 1960 se empezaron a instalar motores de más de 200 caballos de potencia y a construir barcas de proa lanzada y popa de espejo mas practica al cambiar el virado del arte del costado a la popa. A partir de 1970 se van imponiendo los motores de 400 caballos y las redes de materiales sintéticos, de polietileno o plástico y de poliamida o nylon y se empiezan a construir artes de mayor tamaño y mayor abertura vertical. Así mismo se instalan mejores maquinillas hidráulicas más potentes que además del cable de arrastre recogen malletas y redes. En los años 1980 se empiezan a construir barcas de casco de plástico un material que se impondrá en la cuarta generación de barques del bou. El hundimiento del Rafael Maroto en 1982, cuando ya hacía años que había abandonado la pesca de la gamba y en los primeros años 1990, la construcción de las ultimas barques de bou de madera en Mallorca, marcan la transición de las barques del bou de la tercera a la cuarta generación (http://pereoliver.com/post-22-el-rafael-maroto-1947-1982-la-primera-gambera-de-la-flota-balear/ ).
Todo ello supuso un incremento enorme del poder de pesca de la flota, del esfuerzo pesquero que podían ejercer sobre los recursos. Por ello, si bien hasta los primeros años 1970 prácticamente no se aplicaba ninguna regulación de la actividad y se pescaba sin interrupción los siete días de la semana se vio la necesidad de llevar a cabo una gestión mas eficaz de la actividad pesquera para procurar la sostenibilidad de los recursos pesqueros (http://pereoliver.com/que-fue-el-plan-experimental-de-pesca-de-arrastre-de-castellon/ http://pereoliver.com/que-fue-el-plan-experimental-de-pesca-de-arrastre-de-castellon/ ) . A partir de entonces se incrementó la vigilancia de la prohibición de pescar al arrastre a menos de 50 metros de profundidad y de utilizar mallas en el copo de la red de menos de 36/40 milímetros. También se introdujo la parada dominical y la jornada de 16 horas de pesca al día. En 1975, cuando las tripulaciones eran de 8 o 9 marineros por barca, se introdujo la parada en sábado y domingo y en 1988 la jornada de 12 horas de pesca al día. A partir de 1980, al empezar a virar por la popa, las tripulaciones se redujeron a 5 persones y en 1985 a 4, un número de tripulantes que se mantiene actualmente.
En los años 1990 se van imponiendo los motores de entre 400 y 600 caballos y pronto llegaron a 800 y en algunos casos a más de 1000 caballos. En los años 1980, cuando la pesquería empezó a mostrar signos de sobrepesca (http://pereoliver.com/que-es-la-sobrepesca/) la potencia total de la flota se fue estabilizando y el número de barques del bou empezó a disminuir.
Actualmente la flota de arrastre, que en los últimos años 1970 llego a ser de unas 70 barcas, es de menos de 30 barcas, prácticamente todas ellas de cuarta generación, algunas de cerca de 60 toneladas de registro y 25 metros de eslora. De estas barcas 11 tienen Palma o Andratx como puerto base, entre 3 y 4 Santanyi, Cala Ratjada, Alcudia y Soller y 1 Pollensa y Portocolom.
que desastre por la abaricia que tienen los armadres y patrones vastaba con 150 cv al pescado y 400 pero solo a la gamba y asi habria quinta sexta generacion ahora veremos coma acaban y el gobierno mirando a otro lado. qe pena