#46. ¿Qué pudo ocurrir para que en julio de 2016 desapareciera la gamba en los caladeros del norte de Mallorca?

El día 9 de julio de 2016 un portavoz del sector pesquero informaba alarmado que las flotas de arrastre de los puertos de Andratx, Soller y Palma, que en esos días faenaban en la pesquera de Soller, pasaron en 24 horas de capturar diariamente entre 60 y 100 kilos de gamba por embarcación a capturar menos de 10 kilos y además estas pocas gambas a diferencia de los días anteriores eran de pequeña talla. En un primer momento parecía que el fenómeno solo afectaba al caladero de Soller y sobre todo a su parte sur pero el día 12 cuando las capturas por embarcación y día ya no superaron ni los 5 kilos se constató que el fenómeno no solo afectaba a la parte sur del caladero de Soller sino a todo el caladero y también a los caladeros del canal de Ibiza hacia el sur y a los de Formentor y noroeste de Menorca hacia el Norte.

El fenómeno no era ni mucho menos nuevo, si bien el sector considero que “como esta vez nunca”. El problema afectaba sobre todo a la flota de Palma, Andratx y Soller, o sea a 15 arrastreros y sus 60 tripulantes y quizás también a los 4 arrastreros de Alcudia y Pollensa y a los 4 de Ciutadella con sus 32 tripulantes. En total 92 pescadores y sus familias más el personal en tierra, rederos, mecánicos y otro personal de apoyo además de los implicados en la comercialización se veían afectados, además del desabastecimiento de los mercados por la falta de capturas.  El resto de la flota, los 8 arrastreros de Cala Ratjada, Portocolom y Santanyi y los 3 de Mao además de los 9 arrastreros de Ibiza, Portmany y La Sivina de Formentera que no explotan los caladeros de gamba, no se vieron afectados por este fenómeno. Mas aun en el puerto de Maó donde la flota de arrastre llevaba más de dos años de muy malas capturas de gamba vieron como a finales de agosto se recuperaban las capturas de gamba de forma espectacular.

Es muy difícil valorar el impacto real sobre el sector de la caída de las capturas ya que en condiciones de normalidad las capturas de gamba presentan fuertes fluctuaciones, tanto a lo largo del año como de un año a otro. En cualquier caso, caídas como la registrada en el mes de julio de 2016 se apartan de cualquier fluctuación observada en condiciones “normales”.

En el caladero de Soller a finales de agosto, 40 días después de la repentina desaparición, se empezaron a recuperar las capturas consiguiendo en un primer momento pescas de 10 kilos por embarcación y día y en pocos días las capturas se situaron en cantidades que oscilaban entre 20 y 50 kilos por embarcación. Pero la captura era en su mayoría gamba de pequeña talla, algo que no es normal en esta época del año cuando buena parte de las capturas son de gambas hembras, las de mayor tamaño y según los pescadores además estas capturas estaban lejos de los habituales de mediados de julio. El próximo acontecimiento en la pesquera de Soller será el reclutamiento a los caladeros de ejemplares jóvenes de pequeño tamaño provenientes de la puesta de este verano, un acontecimiento que suele producirse aproximadamente entre los meses de noviembre y marzo.

La gamba es un crustáceo que vive sobre el fondo marino a profundidades de entre 200/400 y 3.300 metros. Normalmente las mayores densidades de población se encuentran entre 600 y 800 metros de profundidad. A menor profundidad dominan las hembras que son de mayor tamaño y más longevas y a mayores profundidades, predominan los ejemplares inmaduros y machos de menor tamaño y la densidad es menor. No obstante, la importancia de esta fracción de la población más profunda es muy importante porque puede asegurar su futuro al estar fuera del alcance de los arrastreros. En Mallorca, en los diferentes caladeros de gamba, se observan diferencias en la distribución espacial y temporal que condicionan la movilidad de la flota pesquera de arrastre a lo largo del año. En los caladeros del sur de Mallorca al oeste del archipiélago de Cabrera nos encontramos con una población demográficamente más homogénea, mientras que en los caladeros de Soller se observan fluctuaciones a lo largo del año, abundancia de juveniles que se reclutan al caladero en otoño-invierno y abundancia de hembras de mayor tamaño en verano. Se piensa que la dinámica de las masas de agua, más estable en la zona de Cabrera que en la de Soller, puede jugar un papel importante en esta dinámica poblacional. Las hembras parecen mostrar mayor querencia por las masas de Agua Levantina Intermedia (LIW) mientras que los juveniles, tanto machos como hembras, y los machos adultos se relacionan con el Agua Mediterránea Profunda (WMDW) más fría que se encuentra en otoño e invierno en los caladeros de gamba de la zona de Soller (ver en este blog pereoliver.com post #43. La dinámica de masas de agua en el Mediterráneo occidental y en el Mar Balear).

Por otro lado, estos fenómenos de desaparición repentina de la gamba en los caladeros habituales de las flotas de arrastre en algunas ocasiones se han asociado al fenómeno conocido como cascading (ver en este blog pereoliver.com post #16 ¿Cómo impacto el frio invierno de 2005 en el mar balear?) y a la turbidez que genera este fenómeno en las aguas donde vive la gamba que se ve obligada a moverse fuera del caladero, quizás a profundidades superiores a los 800 metros de profundidad. En Mallorca también se ha asociado a episodios de turbidez, pero en este caso generados por torbellinos en superficie que en ocasiones pueden llegar a afectar a los fondos de gamba.

En el caso del verano de 2016 en Mallorca en un primer momento se buscó explicación del fenómeno en causas muy diversas.  Algunos aseguraban que se debía a la abundancia de cachalotes y otros a ruidos submarinos producidos por buques que realizan prospecciones petrolíferas. Incluso se habló de un terremoto en el golfo de Valencia que pudiera haber levantado sedimentos que al ser arrastrados hacia las islas por las corrientes hubiera generando turbidez. Ciertamente en los días previos a la desaparición se registraron dos pequeños movimientos sísmicos en el golfo de Valencia pero resulta difícil relacionarlos con un hipotético desplazamiento de la gamba. La turbidez en las aguas podría haber obligado a la gamba a moverse a aguas más profundas, pero también se barajó la posibilidad de que las gambas se hubieran separado del fondo ya que al parecer los peces espada capturados por palangres calados a media agua aparecían con el estómago repleto de gambas.

El grupo de científicos del Centro de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y del Grupo de Oceanografía de la Universitat de les Illes Balears (UIB), que desde hace más de 15 años estudian la dinámica poblacional de la gamba y su respuesta a los impactos medioambientales, desde un primer momento se inclinaron por buscar las causas en fenómenos hidrográficos (ver en este blog pereoliver.com post #43. La dinámica de masas de agua en el Mediterráneo occidental y en el Mar Balear) o relacionados con la resuspensión de sedimentos (Ver en este blog pereoliver.com Post #41. La pesca y el clima).

Se buscaron fenómenos meteorológicos y oceanográficos anormales que hubieran tenido lugar en el momento de la desaparición de la gamba, anomalías del nivel del mar o fenómenos de vorticidad detectables en las imágenes de satélite que hubieran podido causar resuspensión de sedimentos en los fondos de gamba. Pero en ningún caso se pudo constatar anormalidad alguna. El mayor problema para los científicos a la hora de explicar el fenómeno fue la escasez de datos. Si como ocurría en 2010 y 2011 se hubiese contado con sistemas de registro permanente de parámetros oceanográficos entre la superficie y el fondo se hubiera podido saber lo que ocurrió cerca del fondo en los caladeros de gamba, pero las reducciones presupuestarias obligaron a retirar los fondeos en 2012.

Solo se pudo constatar un cambio en las corrientes y una fuerte entrada de Agua Atlántica el 10 de julio que llego a través de los canales de Ibiza y Mallorca a la zona donde se encuentran los caladeros de gamba. En principio esta masa de agua podría ocupar una capa de unos centenares de metros por debajo de la superficie, pero se carecía de información sobre la situación en capas más profundas donde vive la gamba. Cabe pensar en la posibilidad de que la irrupción de Agua Atlántica Mediterránea (MAW), un fenómeno ciertamente inusual en los meses de verano, afectara a la distribución de masas de agua en los caladeros de gamba. Si así fuera y el Agua Levantina intermedia se hubiera visto desplazada, ello podría constituir una hipótesis sólida para explicar la desaparición de la gamba, pero dada la ausencia de datos es prácticamente imposible validarla. En cualquier caso, es importante tener presente en todo momento que las poblaciones de gamba de Baleares están en situación de sobrepesca (Ver en este blog pereoliver.com Post #18 ¿Qué es la sobrepesca?) y que en esta situación las poblaciones son más sensibles a la variabilidad climática (ver post (Ver en este blog pereoliver.com Post #41. La pesca y el clima).

Para avanzar en la explicación de lo que pudo causar la desaparición de la gamba deberemos esperar a que algo parecido se repita y a que en este caso se cuente con una más completa información oceanográfica. En cualquier caso, una vez recuperadas las capturas de momento podremos seguir degustando este producto del mar, incluso cabría esperar que este descanso veraniego a que se ha visto obligada la flota en el momento de la puesta haya podido producir efectos positivos de cara al próximo reclutamiento de la población de gamba del caladero de Soller.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *