«Y fue el Laboratorio de Baleares la cuna de la oceanografía española» (Odón de Buen y del Cos, 1929)

El profesor de la Sorbona y director del Laboratorio Aragó de Banyuls sur Mer Henry Lacaze-Duthiers visitó las Islas Baleares en la primavera de 1853. Conoció la bahía de Palma y el puerto de Maó y de inmediato pensó que el archipiélago balear era un lugar perfecto para la investigación y para construir un centro de investigación marina.

Años más tarde, en 1885 el joven licenciado en Ciencias Naturales Odón de Buen fue comisionado para participar en la expedición científica organizada por el Museo de Historia Natural de Madrid a bordo de la fragata Blanca,  el primer buque español de investigación marina. En ese viaje el joven de Buen concreto su vocación oceanográfica.

En 1889, a punto de convertirse en el primer catedrático de Ciencias Naturales de la Universidad de Barcelona, Odón de Buen también viajó a Mallorca y quedó igualmente impresionado de la riqueza natural de la isla y de su mar. Esas visitas fueron el origen del proyecto que surgió cuando Lacaze-Duthiers y de Buen se encontraron el Banyuls sur Mer en 1892. Entonces fue cuando nació el proyecto de creación de un laboratorio de investigación marina en Baleares, el que sería el Laboratorio Oceanográfico de Baleares .

Odón de Buen tenía una visión muy clara de lo que debía ser ese nuevo laboratorio, «un verdadero observatorio de las variaciones del medio marino, de sus condiciones físicas, químicas, dinámicas, biológicas  […] de los ciclos que siguen […] observatorio permanente de las variaciones oceánicas. […] cultivar en él la ciencia pura, base y cimiento de toda explotación racional y también atender a la explotación de las inmensas riquezas que el mar atesora en raciones alimenticias, en primeras materias industriales, en abonos, en sales, en energías potenciales».

En 1886 el Consejo Superior de Instrucción Pública había decidido crear una estación biológica, y se ofreció el puerto de Maó en Menorca para ubicarla, pero finalmente la estación se creó en Santander. Posteriormente en 1904 se dicto una Orden Real para promover la creación de una nueva estación de investigación en el Mediterráneo y de nuevo se ofreció el puerto de Maó, pero el apoyo decidido del Ayuntamiento Palma y de la Diputación  determino que fuera Portopí, en la bahía de Palma, el lugar elegido. La Gaceta de Madrid de 3 de noviembre de 1906 publicó el decreto de creación del Laboratorio Biologicomaríno de las Islas Baleares, Odón de Buen fue nombrado director y Josep María Fuset Tubià, profesor del Instituto General y Técnico de Palma, ayudante de laboratorio. El Laboratorio fue inaugurado el día 2 de mayo de 1908.

En 1910, el United States Bureau of Education de los Estados Unidos de América publicó The Biological Stations of Europe y el apartado dedicado al Laboratorio de Palma nos da una idea del equipamiento con que se contaba: microscopios Reichert con objetivos de inmersión de doce y dieciséis aumentos, un binocular Zeiss, microscopios de disección, micrótomos Reichert y Minot, seis acuarios, laboratorio fotográfico y una biblioteca que recibía las principales revistas especializadas de la época. También disponía de una embarcación a vela, el Lacaze-Duthiers, de seis toneladas, y el Bolívar, un poco más pequeño pero motorizado, equipados con redes de arrastre de bou, redes de pesca pelágica, de plancton, dragas, nasas y otros instrumentos de muestreo. Con estas embarcaciones se iniciaron las campañas estivales en torno a las Baleares y en el norte de África. Se realizaron una serie de campañas en las costas mediterráneas de Marruecos y en 1909 el  Lacaze-Duthiers naufragó a la entrada de la Mar Chica de Melilla y tuvo que ser trasladado a Málaga donde con posterioridad seria motorizado y rebautizado Averroes.

Fueron numerosos los científicos que pasaron por el laboratorio de Portopi en estos años. Santiago Ramón y Cajal, en 1910, llegó para recoger material para sus trabajos sobre la  retina y los centros ópticos de los cefalópodos. Fruto de sus trabajos en Mallorca fue el artículo publicado en los Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas en 1917 “Contribución al conocimiento de la retina y centro óptico de los cefalópodos”. También trabajaron en Palma el ictiólogo francés Louis Fage que en 1908 describió con Odón de Buen una nueva especie de góbido capturado en el puerto de Mahón, Pseudaphya ferreri llamado así en honor al farmacéutico de Maó Jaime Ferrer Aledo. El ficólogo francés Camille Sauvageau profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burdeos también trabajo en el Laboratorio en esos años.