La creación en 1951 del Instituto de Investigaciones Pesqueras (IIP) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tiene su origen en 1949, en el curso “Introducción a las investigaciones pesqueras”. Este curso fue organizado por la sección de biología marina del Instituto de Biología Aplicada del CSIC que dirigía el catedrático de zoología de la Universidad de Barcelona Francisco García del Cid. Buenaventura Andreu y Miquel Massutí Alzamora, ayudados en las clases prácticas por Ramón Margalef y Josep M. Camps, fueron los profesores y asistieron alumnos del profesor García del Cid. Uno de estos alumnos fue Miquel Massuti Oliver, un joven que acabados sus estudios de ciencias naturales, en la Universidad de Barcelona, inició su carrera en 1954 como becario del CSIC en el IIP, primero en Blanes, después en Vinaroz y finalmente en Cádiz.
Miquel Massuti Oliver se especializó en el estudio de los crustáceos de profundidad. En 1959 ingresó como oceanógrafo en el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y en 1977 fue nombrado jefe del departamento de biotecnología pesquera. En 1986 dejó el IEO y desde el Govern de les Illes Balears organizó y se responsabilizó del Servicio de Pesca y Cultivos Marinos. En 1987 fue el primer Director General de Pesca de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares.
Nacido en Palma de Mallorca en junio de 1930, la prematura muerte de su padre Miquel Massutí Alzamora en 1950, cuando era director del laboratorio del IEO en Palma de Mallorca y profesor adjunto del Instituto de Biología Aplicada del CSIC, constituyó un golpe determinante en su vida. Después de su paso por el IIP, al ingresar en 1959 en el IEO, fue destinado al laboratorio de Baleares en Palma de Mallorca. A lo largo 26 años desarrolló una amplia labor investigadora en el campo de la biología y tecnología pesquera. Dirigió diversos proyectos, destacando los trabajos de prospección y evaluación de los caladeros profundos del Mar Balear y la costa peninsular. También participó y dirigió numerosas campañas de investigación oceanográfica, principalmente en el Mediterráneo Occidental, costas sur-atlánticas de la Península Ibérica y en el Atlántico africano, a bordo de buques oceanográficos y pesqueros españoles, alemanes, franceses y japoneses. Desde 1962 representó a España en foros internacionales de investigación pesquera, en el Consejo General de Pesca del Mediterráneo (CGPM) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y también en asambleas parlamentarias del Consejo de Europa y en la OCDE. Fue vicepresidente de la Conferencia Mundial de la FAO para el Estudio de la Biología y Cultivo de Crustáceos celebrada en Méjico en 1967 y vicepresidente de la Consulta Técnica sobre coral rojo del Mediterráneo celebrada en Palma de Mallorca en 1983. En los primeros años 70 inició el estudio sistemático de la pesca deportiva o recreativa poniendo sobre la mesa su importancia en el ámbito de la investigación pesquera. Posteriormente, desde la Dirección General de Pesca se preocupo de su seguimiento y reglamentación.
Su actividad científica se concreta en un buen número de publicaciones en revistas especializadas españolas y extranjeras relacionadas con la biología y la tecnología pesquera. Fue autor de libros y artículos de divulgación de temas pesqueros y medioambientales e impartió conferencias, dirigió seminarios y cursos en su también extensa labor docente en temas marinos y pesqueros. Asimismo, es obligado, por la huella que dejó en sus numerosos alumnos, hacer referencia a su época de profesor de ciencias naturales en varios colegios de enseñanza media de Palma de Mallorca. Miquel Massuti se casó con Enriqueta Pascual y tuvieron cuatro hijos, Miquel, Inmaculada, Enric y Dolors, dos de ellos son biólogos.
Ciertamente, la investigación pesquera constituyó el eje de su labor profesional y siempre en íntimo contacto con el sector pesquero. Cabe destacar los trabajos realizados con su primo Miquel Oliver Massutí para el levantamiento de las cartas de pesca de las islas Baleares y del litoral mediterráneo español. Sus trabajos generaron una línea de investigación que hasta hoy no se ha visto interrumpida. Eran los últimos años del contrabando y aún no se había producido el “boom” del turismo. El sector pesquero contaba con recursos financieros y las cartas de pesca y la tecnología para que la flota de arrastre pudiera pescar en áreas más profundas abrían la posibilidad de ampliar los caladeros. El resultado fue la exitosa explotación pesquera del talud continental de las islas Baleares y sobretodo de la pesca de la gamba de profundidad, una pesquería que 50 años más tarde sigue siendo rentable y que constituye un buen ejemplo de lo que hoy conocemos como transferencia de conocimiento al sector productivo.
Con su amigo Pedro Suau, en los años 70 del siglo XX, constituyó el núcleo de científicos asesores de la Comisión Permanente de Pesca del Mediterráneo. Con ello se recuperó la colaboración entre el IIP y el IEO que se había debilitado a la muerte de su padre en 1950. En este contexto impulsó a través de la Federación de Cofradías de Pescadores de Baleares, de la que fue presidente, la construcción del Pescador, un buque de pesca polivalente de investigación, propiedad del sector pesquero, que se autofinanciaba pescando y que dedicaba parte de su actividad a la investigación bajo la dirección del IEO.
Oceanógrafo de profesión, por vocación y afición, investigador, gestor, docente, ilustrador y divulgador de la biología marina, Miquel Massutí Oliver fue un enamorado del mar y vivió día a día e intensamente las inquietudes y los problemas de la pesca y de los pescadores, a los que sirvió en el ámbito de la administración pública, tanto de la investigación científica como de la gestión pesquera.